Asamblea Permanente por los Derechos Humanos de La Matanza
Direc. Pcial. Pers. Jur. Matrícula N° 27790 Legajo 1/108.731
La Matanza, Julio de 2007
Ojalá, no tuviéramos que estar redactando esta carta, pero la realidad, muestra que a pesar de la suma de voluntades y de fuerzas. Los dispositivos de violencia institucional, siguen en la tesitura de sostener en sus filas, a las bestias inhumanas. Que con su accionar, no hacen más que demostrar que la crueldad, se aloja en los órganos de seguridad que supuestamente deben cuidar a la ciudadanía.
Nuestra historia reciente de apenas 31 años con la dictadura cívico-militar del 76 al 83, han calado hondo en la sociedad. Que hoy se despereza y toma conciencia de la dimensión política que este hecho histórico ha tenido. Las desapariciones, las muertes y las torturas, el dolor de un pueblo que se desangraba. Todo eso vuelve cuando se mata a un joven: Gabriel Blanco, pobre, negro y villero, en una comisaría. Todo eso vuelve cuando no sabemos nada de Julio LÓPEZ. Todo eso viene de la cruda mirada sanguinaria y fría de Echecolatz. Todo eso recorre nuestras venas abiertas con un torrente de indignación. En un afluente de agua, que esta podrida y se estanca en la miserable decisión de los verdugos, que creen aún gozar de la impunidad y la obscenidad de atentar contra la vida. Y que se amparan tras las sombras y la “legalidad” de poseer un arma y utilizarlas en contra del pueblo. ¿Quiénes son para castigar? ¿Quién le ha conferido el derecho para asesinar? ¿No es que deben cumplir con la ley sobre todo en un estado de derecho?
Una y miles de preguntas más se nos cruzan por la cabeza cuando nuevamente nos encontramos ante este aberrante hecho: un joven Gabriel Blanco, pobre, negro y villero muerto en la 2da. Oeste el 1 de marzo del corriente año. Lo más penoso y a su vez vergonzoso es el encubrimiento, el ocultamiento, la mentira uniformada. Esta trama que destierra los derechos humanos a la más sucia de las prisiones infernales donde se respira solo muerte. Allí donde también, Sergio Daniel Díaz fue llevado por la brutalidad de estos humanoides, en el año 2001 en González Catán. Y nada parece haberse aprendido porque en estos años, en el juicio, lo vuelven a matar una y otra vez.
En un país donde nos dejaron hambre y pobreza, marginalidad y pobreza, corrupción y pobreza, desigualdad y pobreza fragmentación y pobreza.
No podemos permitir que estos personeros de la desolación cabalguen por los llanos de la libertad y debemos exigir justicia. Esa justicia que iguala, que nos une, y nos reconoce sujetos de derechos y nos guía hacia una patria grande.
Juicio y castigo a los responsables tanto materiales como intelectuales de este hecho. Por que sin justicia no hay libertad sin libertad no hay derechos humanos y sin derechos humanos no hay país posible.
Las organizaciones firmantes decimos basta de impunidad y de muerte.
APDH MATANZA
APDH NACIONAL
MADRES DE PLAZAS DE MAYO LINEA FUNDADORA
LIGA ARGENTINA POR LOS DERECHOS DEL HOMBRE
ORGANIZACIÓN POR LA VIDA
FUNDACION CARASUCIAS
COMISION DE PROTECCION A LA VICTIMA DE LA PCIA. DE BUENOS AIRES
SERPAJ
SECRETARIA DE DERECHOS HUMANOS DE LA PCIA. DE BUENOS AIRES
DIPUTADO NACIONAL EDUARDO MACALUSE
COMUNIDAD SALESIANA BUEN PASTOR
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