Bienvenidos a Laferrere, o mejor dicho a la pobreza.

Así nos esperan y nos dan la bienvenida en esta localidad del municipio de La Matanza, sin plazas dignas de ser recorridas, sin calles en condiciones, sin alumbrado publico, sin ciudadanos; eso si, basura, mugre, desazón, impotencia, delincuencia, pauperización social, desintegración familiar y un sin numero de enfermedades relacionadas con la pobreza y la contaminación producida por los basurales, las tosqueras y el archí reconocido CEAMSE ubicado en la vecina localidad de González Catan.

Fríos números

Según la consultora Equis durante los tres primeros meses del año en el partido de La Matanza 1 de cada 4 bebes nacidos en los hospitales municipales, (Equiza, de G. Catan; Germani, de Laferrere y el Policlínico San Justo), llegaban a este mundo con la pesada carga de ser desnutridos.

Muchos de nuestros chicos de la calle, traen consigo historias de violencia familiar, violaciones, alcoholismo de alguno de los componentes de la familia. En muchos casos los niños optan por abandonar el seno de la familia cansados de los reiterados abusos. Estos en la calle son victimas de otro tipo de abuso, la naturalización de su condición, la persecución policial, y en algunos casos para policial. No existen elementos de contención que lleven a estos chicos a la escuela o a la practica deportiva para sacarlos del circulo vicioso del mendigar diariamente, para pasar después a las adicciones, (la mas común es el poxi), que aspiran como una medida para ahuyentar los demonios del frió y del hambre (ni hablar de la soledad y la frustración); mas tarde algunos de estos chicos pasaran a probar algunas drogas dando como resultado violencia (entre ellos, entre ellos y las fuerzas de seguridad, y entre ellos y la comunidad); llegando también a robar para subsistir o por ser lo que tienen mas a mano.

Así las cosas se repiten no solo en La Matanza, sino en bastos sectores del conurbano.

Dar empleo a sus familias, crear redes de contención social, generar empleo, y escolarizar, parecen ser las claves para mejorar la calidad de vida de estos chicos y también de los “vecinos” que muchas veces se encuentran atemorizados de solo ver su presencia en la calle.

Las autoridades políticas tienen las respuestas y los medios nosotros la obligación de hacerlas cumplir.